Es posible prevenir la conducta suicida mediante programas de salud pública integrales y multisectoriales, es decir, programas que cuenten con múltiples estrategias de intervención y con la implicación de diversos actores relevantes (como por ejemplo el sector sanitario, educación, medios de comunicación, etc.). En los últimos años, diversos países han desarrollado programas de prevención a nivel nacional y local. Sin embargo, existen pocos estudios rigurosos que evalúen su (coste)-efectividad y que aporten información clínica y epidemiológica relevante para su mejora.